******** POSIBLE COALICION EN VENEZUELA?Caracas, 13 de abril de 2014.- ¿Será el beso de la muerte entre gobierno y la MUD? ¿Muerte para quién? ¿Será el sacrificio por la paz? ¿Será el eco de aquella voz que en 1830 llamaba con urgencia y dolor a la unidad de patria? ¿Será el eco quejumbroso de Simón Bolívar que sigue llamando a deponer la actitud sectaria de quienes quieren el poder por encima del amor a la patria? ¿Por fin el país se encaminará por el sendero del sosiego y la racionalidad? ¿El “bochinche, bochinche”, de Francisco de Miranda, ya no seguirá siendo moneda corriente, que ahora por estas calles han cambiado de nombre, para llamarse “guarimbas”?
Lo cierto es que tanto el gobierno como la MUD han sido agarrados entre el fuego cruzado de quienes, radicales, han pedido el “Maduro, vete ya”. Pero el gobierno, aunque con la soga al cuello, no se duerme en los laureles y rápidamente tendió el lazo a la MUD, bajo el ropaje de la rama de olivo, planteándoles la paz y el diálogo.
Pero visto este diálogo desde la óptica de El Libertador tiene más que sentido. La patria, su unidad, está primero que cualquier apetencia del poder por más virtudes que exhiban de la boca para fuera. La necesidad en política remolca a los actores por caminos impensados, incluso, a veces, finalmente el de la sinceridad, si esto es medicina para el fuego que ya está tomando el techo de la propia casa.
Leopoldo López, que tomó un atajo como el ciclista que en la montaña se va del lote con hambre de gloria y de poder, tras las rejas debe estar reflexionando con mucho apuro, el tiempo lo tiene, para ver que ha resultado con eso de cruzar el Rubicón en su intentona de jaquear a Henrique Capriles y a Nicolás Maduro. Desde las rejas las cosas, paradójicamente, se ven más claras. Cierta sombra y penumbra, se van de los ojos. Mérito tiene, sin embargo, la de haber pisado el cuero seco del poder y haberlo hecho dar una voltereta. Pero el capital político en estos trópicos se estira y encoge con la fuerza típica de nuestros inviernos o sequías.
Pero el poder tiene el mérito de recomponerse a la carrera, de mutarse en pleno desierto y dar “un vuelvan caras”, y la MUD, ni corta ni perezosa se embarca para tratar de salvar el pellejo, con un diálogo y una paz que olidos en las encuestas, tiene muy buena reputación. Y un buen discurso legitimante, “por la patria todo”.
Fue Luiz Inácio da Silva que lo ha planteado con desparpajo, gobierno de coalición, que ha dado la vuelta al mundo. Más sabe el brujo por diablo que por brujo. Dicen que no da puntadas sin dedal, y que dedal tiene de sobra. Es ducho en hacer milagros.
Y si este gobierno de coalición, o algo parecido, o con otro nombre, con ropajes más castos, atraca por aquí, por este trópico tumultuoso, muchos se quedarían sin vista, demostrándose por enésima vez que la política sigue siendo una caja de Pandora.
Ojalá, el país está pidiendo calma y cordura, que entremos, un poco retrasados, a una nueva era.
Nuestros antepasados lo llamaban de “orden y progreso”.
Pudiéramos llamarla, nosotros, la era de conciencia.
Los extremistas quedarían como novia de pueblo.
¿Será ilusión o esperanza?
Fuerza y Poder